La tarde del Jueves 1 de Mayo, continuó con una dinámica de integración especialmente diseñada para derribar barreras y fomentar el espíritu de familia que caracteriza a la obra salesiana. Los participantes se involucraron con entusiasmo en las actividades que permitieron conocerse, compartir anécdotas y descubrir afinidades.
El clima de confianza y alegría fue creciendo conforme avanzaban los minutos. Para los más nuevos en esta misión, el espacio fue ideal para integrarse al equipo y asumir con ilusión el desafío de ser comunicadores que inspiran.
En palabras de Don Bosco: «Sin familiaridad no se demuestra el amor, y sin esta demostración no puede haber confianza» (MB XII, 78). Así, la tarde se selló con sonrisas y nuevos lazos que prometen durar.

